“Pues la
tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren
el mar.” (Habacuc 2:14)
Desde mis
embarazos, me convertí en una súper fanática de todos esos “websites” en donde
hablaban del desarrollo de los niños. Recibía correos electrónicos recordándome
lo que se supone que los niños estuvieran haciendo en cada etapa. Cuando nació
nuestro niño Frandiego, por los primeros dos años, yo sufría con las comparaciones.
Cuando el “gap” se hizo tan grande y evidente (él tiene 5 ½ años y en su
desarrollo todavía tiene menos de 1 año de edad) me di de baja de todas esas
subscripciones y traté de enfocarme en su progreso comparándolo con él mismo.
La mayoría de las veces eso nos funciona, pero siempre hay uno que otro día que
la realidad te sacude. Hace unos días tuve una conversación con un niñito de la
misma edad de Frandiego y al final pensé: “así sería”. Cuando los pensamientos
me quieren llevar a esos lugares
“oscuros”, trato de recordarme verdades bíblicas: “fuimos hechos a mano” (Salmo
139:13); “algún día estos cuerpos serán completamente libres y glorificados”
(Romanos 8:23), etc. Y todas esas verdades están ahí para nuestra esperanza, ¡qué
bueno es Dios!
Pero entonces
leyendo otra vez el capítulo 2 de Habacuc fui confrontada. Yo anhelo ese día
del regreso del Señor. Pero la mayoría de las veces, cuando pienso en ese día, en
realidad, lo hago pensando en “mi agenda”. Quiero que llegue ese día para
entender, para saber las respuestas, para ver que se hizo justicia, para la
sanidad total, etc., etc. Honestamente, pocas veces digo: “síiiiii, toda la
tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor”.
La historia
del universo no se trata de nosotros y de nuestras preguntas. Esta historia
tiene un solo protagonista: “Porque de El, por El y para El son todas las
cosas” (Romanos 11:36). El en su amor y gracia nos ha hecho parte de su
historia pero lo mejor de la historia es que al final todo es para Su gloria,
Su propósito, Su plan. Ese es el verdadero “happy ending”.
Cuando
Habacuc estaba desconcertado y perplejo con los métodos divinos Dios le recordó
de qué se trataba la historia... “la tierra será llena del conocimiento de la
gloria del Señor”. Nos ayude el Señor a
encontrar nuestro mayor deleite, gozo y
esperanza en la certeza de que al final todo será para Su gloria, para Su
propósito, para Su plan.
Becky Parrilla
All rights reserved. Rebecca Parrilla. August/2016
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