Sopa de lentejas, jugo de zanahoria y china, viandas con bacalao y sopa de gandules// Lentil soup, orange-carrot juice, sweet potato and pollock fillet, green pigeon peas soup |
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Esta reflexión fue escrita para el blog de la Iglesia AMEC: Casa de Alabanza (www.ameccda.org), Canóvanas, PR. Efectos Secundarios Parte 4 - Un "happy medium".
El cáncer y la comida...una historia
de nunca acabar. Hay tanta información en el internet, tantas teorías, tantos
remedios caseros, y tantas contradicciones. En general, hay dos sentimientos
que he experimentado. Por un lado, me afecta el pensar que tal vez si hubiera
comido más vegetales verdes y si hubiera ingerido menos carne y azúcar no
tendría cáncer. Pero luego observo a otra gente comer y me consuelo pensando
que si es por la comida a otros le hubiera dado cáncer antes que a mí. Y en
realidad la lucha no es muy diferente en otros asuntos de la vida
cristiana.
Por un lado es la obsesión con
nuestro desempeño. ¿Será un asunto de orar más, leer la Biblia más, congregarse
más o hacer algo más? ¿Haciendo algo diferente se pudo haber evitado este
cáncer? En otras ocasiones nos vamos al extremo y decimos como el salmista:
"En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos
lavadas en la inocencia, si todo el día me golpean y de mañana me castigan?"
(Salmo 73:13-14, NVI).Tal parece que a los que hacen peor les va mejor. Hay
otra gente que “merece” las cosas que nos pasan a nosotros.
¿En dónde está el balance? En
ninguno de los extremos.
Hay un reposo que provee la gracia
del Señor. Es
cierto que hay unos mandamientos bíblicos que hay que cumplir. Es cierto que
hay una expectativa de que los creyentes den fruto y vivan como es digno del
Evangelio. Pero nuestro mayor problema es que creemos que todo se trata de lo
que tenemos que hacer o dejar de hacer. Tristemente, mientras más “avanzamos”
en el Señor, más lejana se vuelve la experiencia de la cruz y más evidente se
tornan nuestros propios esfuerzos. Sin embargo, gracia es entender que ya Dios
lo hizo todo y que cada día tiene que comenzar en ese lugar donde recordamos y
aceptamos la obra perfecta que ya Cristo hizo por nosotros en la cruz. Dios no está
esperando a la menor provocación para cobrarnos lo que le debemos. NO le
podríamos pagar. Cristo pagó toda la cuenta. La gracia se ve demasiado buena
para ser verdad. Sí, es demasiado buena y sí es verdadera. Es indiscutiblemente
divina, no hicimos algo para merecerla
porque es un don de Dios.
“Porque por gracia sois salvos
por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras,
para que nadie se gloríe.” (Efesios 2:8-9, RVR1960)
Hay una seguridad que provee tener
un sentido correcto de la eternidad. No siempre veremos aquí una relación directa
entre nuestro proceder y nuestra recompensa. Pero aquellos que se acercan al
Señor como se acercó el salmista en el Salmo 73 hallan un sentido correcto de
la eternidad:
“¿A quién tengo en el cielo? ¡Sólo a
ti! Estando contigo nada quiero en la tierra. Todo mi ser se consume, pero Dios
es mi herencia eterna y el que sostiene mi corazón.” (Salmo 73:25-26, DHH)
Por ese sentido de eternidad nos
gozamos ahora con la vida que tenemos, no con la vida que quisiéramos vivir.
Porque sabemos que la vida que tenemos es una evidencia de la gracia de
Dios; porque podemos disfrutar de Dios aquí y ahora; y porque sabemos que
todos nuestros más grandes sueños y anhelos están asegurados en la gloria
eterna que nos espera en los cielos.
“Ustedes se comportan así porque,
desde que oyeron el mensaje verdadero de la buena noticia, saben bien lo que
Dios les tiene guardado en el cielo.” (Colosenses 1:5, TLA)
Así como he llegado a un “happy
medium” con la comida y ahora como más vegetales verdes y menos azúcar, mi alma
ha llegado a un “gospel medium” entre la gracia del Señor y la esperanza de la
eternidad.
Becky
All rights reserved. Rebecca Parrilla. June/2015.
Becky
All rights reserved. Rebecca Parrilla. June/2015.
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