Verano y familia//Summer and Family |
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Ya se está acabando el verano. Damos gracias a
Dios porque tuvimos la oportunidad de compartir con nuestras familias y porque
los chicos disfrutaron del sol y el calor (Oh!! Qué bueno es tener un corazón
tropical).
En cuanto a mi condición y tratamiento no hay
algo nuevo. Sigo con mis infusiones y esperando que en las próximas
semanas me repitan los “scans” para ver la respuesta al tratamiento y
determinar el próximo paso. Lo que me recuerda que NO me gusta esperar. No me
encantan “las salas de espera”. Porque en las "salas de espera" tenemos que
enfrentarnos a nuestros “fantasmas”. En mi caso es cualquier dolorcito o
molestia que me hace pensar que algo está mal...terriblemente mal.
En estos días recordé una ocasión en la que
estuve con mi mamá y mis hermanos en una sala de espera mientras intervenían
quirúrgicamente a mi papá. Él es paciente renal y estaba experimentado
complicaciones luego de un trasplante de riñón. Ese día tuvimos que esperar
mucho y de pronto pasó frente a nosotros personal de sala de operaciones con
una máquina de diálisis. Pensamos lo peor. Pensamos que la operación no
había sido exitosa y que lo estaban dializando nuevamente.
Me levanté y comencé a caminar por uno de los
pasillos del hospital tarareando una melodía nueva. No vino a mi mente ninguna
letra en ese momento pero mi corazón fue alentado y consolado esa noche. Mi
papá salió bien de la operación, la máquina de diálisis no era para él y ese
día aprendí algo acerca de los “fantasmas” que nos acosan en las” salas de
espera” de la vida.
Semanas más tarde, leyendo el Salmo 40:1-3 supe
que esa era la letra de la melodía de aquella noche:
“Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,y él se fijó en mí y oyó mi clamor.
Me sacó del foso de desesperación,
del lodo y del fango.
Puso mis pies sobre suelo firme
y a medida que yo caminaba, me estabilizó.
Me dio un canto nuevo para entonar,
un himno de alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;
pondrán su confianza en el Señor.”
Este salmo nos recuerda que:
-
A Dios no podemos ponerle una
“fecha límite”. Él hace lo que quiere, cuando quiere, y como quiere.
- Él está presente en las “salas
de espera”. Él ve y oye nuestro clamor. Él rescata.
- El problema más grande es
la desesperación porque es terreno movedizo e inestable. La desesperación
es terreno fértil para el temor. En otras versiones luego dice “Puso mis
pies sobre peña y enderezó mis pasos”. La peña sobre la que estamos firmes
y seguros es Jesús.
- Hay una nueva canción prometida luego
del foso, luego de las “salas de espera”. Pero esa canción es para la
edificación de otros. Dios nos da una canción para que otros vean, se
asombren y pongan su confianza en el único que la merece, el Señor Jesús.
Damos gracias al Señor que convierte los fosos
y las salas de espera en canciones de gracia y salvación.
Puedes escuchar esta alabanza en la más
reciente producción de 33dc, Plan de Vuelo:
AleluyaDesde el fondo de la tierra clamé
Te inclinaste, oíste
Desde el pozo a ti mis ojos alcé
Me miraste
Tu amor dulcemente ahuyentó mi temor
Y soy libre
Tu paz como guarda de mi corazón
Sobre la peña, te doy nueva canción
Aleluya, Aleluya
Aleluya, Rey
Becky
All rights reserved. Rebecca Parrilla, September/2015
Querida Becky: deseo de corazón que el Señor te permita pronto salir de esta enfermedad y de esta desesperación que como seres humanos sentimos. Dios te bendiga porque eres una mujer llena de fe y fuerza, te admiro y mucho me hace reflexionar cada post que escribe porque, como todos, estoy pasando por ese foso de desesperación pero el Señor Jesus y mujeres como tu me ayudan a reforzar mi confianza en Dios y aprender a ser paciente...
ReplyDeleteAmén! Qué bueno es Dios que permite que podamos alentarnos unos a otros. Recibe un abrazo y que puedas esperar pacientemente en el Señor!
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